Para aprender a apreciar las pequeñas cosas de la vida, primero debemos notarlas. La vida se siente como si se estuviera moviendo más rápido que nunca y, a veces, es difícil notar la belleza de lo común cuando tienes prisa, cuando estás estresada o preocupada por el futuro.
Sé lo que se siente vivir a prisa. Lo sé porque en el pasado vivía lo opuesto de una vida lenta y con equilibrio. Pero esto es lo que he aprendido en este tiempo que estoy viviendo lento.
Cuando me siento abrumada salgo a caminar por el lago, y el aire, los árboles y el sol me aterrizan. Cuando pierdo mi centro caigo en una zona de pánico, la única manera de salir de allí es conectando con la naturaleza, me da fuerza.
Conectarse con la naturaleza repone y sana
Y hay otras cosas simples que hago y que realmente me han ayudado a cambiar mi ritmo de vida. Una de ellas fue tomar un descanso en las redes sociales. De esta manera puedo estar más enfocada en las prioridades más importantes en mi vida, mi salud mental y física, mi familia y mi arte.
También hago tiempo para vivir. Me dedico un tiempo para sentir mi respiración cada mañana inhalando y exhalando. Dedico una hora tomando fotos de los atardeceres, las flores y el pasto verde de casa, observo los patos nadar en el lago, escucho el canto de los pájaros y la forma en que el viento se mueve a través de los árboles.
Sentarse en un banco y mirar a la gente pasar observando el mundo natural a tu alrededor. Para vivir un ritmo de vida más lento que sea diferente al de la corriente debes dejar de preocuparte por lo que todos piensan de tu estilo de vida. Solo eres tú viviendo tu vida, disfrutando del viaje a tu propio ritmo.
Vivir de forma lenta y sencilla para mí se trata realmente de no apego. Esto no quiere decir que tu no puedes tener ambición o motivación o pasión, en realidad es no tener ningún apego a los resultados. No estas colocando tu bienestar emocional en el resultado de otra cosa porque ya estás completamente saciado. Tu corazón está agradecido por lo que eres y sabes disfrutar de tu viaje.
Hay un balance y no es necesario vivir en extremos. Me aseguro de no caer en la pereza haciendo cosas como hacer ejercicio, comer sano, dedicar calidad de tiempo a mi pareja, y tender mi cama todos los días. Siempre hay algo por hacer en casa. Pero también dejo mi ritmo natural liderar el camino sin estar en contra.
Cuando te sientes bien y cuando estas completamente enfocada el trabajo se puede terminar más eficientemente. Entre menos presión te pones a ti misma mejor resultados obtendrás.
Muy interesante, me ha encantado. Un beso.
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