Es increíble todo el vacío que siento desde que no estás presente, y pese a la distancia, me inundo de pensamientos ficticios ante lo desconocido, imaginando que estás más cerca que antes, y sin perjuicios, busco la manera de dar sentido al porqué de las cosas. Me dicen que es mi proceso de superar el duelo. La pérdida de una pieza importante del ser que la vida me dio. 

De esta experiencia, he aprendido lo fugaz que es vivir. 

Me conformo con saber que ante aquel muro que nos separo, pudimos crear una puerta donde nuestros corazones se unieron con humildad y sinceridad en más de una ocasión. No fue facil, y mentiría si confesara algo tan lleno de valor. Pero asi fue, y fue tan bonito y real. 

Mis últimas palabras fueron genuinamente amorosas. Y aunque mantuve un alto nivel de Fe en todo momento, no quise pelear en contra la voluntad de lo que estaba destinado a suceder.

Y así viví en esos días. Y así he vivido hasta ahora. 

La vida es tan buena con nosotros que siempre nos manda señales. Algunas personas se van despidiendo poco a poco con actitudes diferentes a las que acostumbramos a ver, mucho antes de su partida. Yo estaba consciente entonces, y pude darme un poco de cuenta de algo inusual en él.

Vivir entre dos tierras no ha sido fácil para una persona tan sensible como yo. Por eso decidí darle sentido a mi destino. Mantendré en mi corazón un espacio impecable para mi padre. Su herencia siempre me fue dada desde pequeña y ahora continuo dandole mas valor a lo que hago y siento porque así me enseñó mi padre.